Fue al año siguiente, en el curso de titulación de La Coruña, en el que conseguí el título de entrenador regional, y en el que también coincidí con Juan Carlos. Allí sí dedicamos más horas a la practica. Además, estuve solo con él, y aprendí y, lo más importante, no olvidé la primera serie de suburis de jo (tsuki gohon). En esa ocasión sí prendió la llama, aunque, en principio, sólo de buki waza.
A partir de entonces, he ido en varias ocasiones a Santander, a cursos del propio Juan Carlos y de Francesco Corallini, hijo de Paolo Corallini, y he asistido a los dos cursos que este último ha impartido en Euskadi. He hecho grandes amigos y amigas en Cantabria, y estoy deseoso de volverlos a ver. No me extenderé en ello; merece mucho más espacio y será detallado en otro momento.
La cuestión importante es que quería y quiero practicar Iwama. Y lo estoy haciendo, con todas las limitaciones: practicando básicamente lo trabajado en los cursos, apoyándome en material gráfico (bendito Internet), con la ayuda de Riki Ripalda, una entregado a la causa (gracias a él, hemos podido practicar con Stephen Colville y Eric Cheri, de momento).
Aunque nos falta la guía y la corrección constante de un maestro, estamos investigando, como prueba este par de vídeos. Que los puristas sean indulgentes, que los fanáticos de otras ramas de aikido sean tolerantes, que los que me conocen no se lleven las manos a la cabeza. Si no van a ayudar, si no van a hacer crítica constructiva, que se abstengan de comentarlos, e incluso de verlos.
Shomenuchi ikkyo omote
Shomenuchi irimi nage