lunes, 9 de noviembre de 2015

Aikido en The Walking Dead

El lunes pasado, 2 de noviembre, Fox emitió el 4º episodio de la 6ª temporada de The Walking Dead. El anterior episodio había sido impactante con dudas relacionadas con el destino de varios personajes (¿Realmente ha muerto Glenn? ¿Rick ha sido mordido por un zombie o se ha cortado con un cuchillo al matarlo?). Por eso estaba tan pendiente de este nuevo episodio. Realmente, ésta y Juego de Tronos son las únicas series que me tienen enganchado.

Si tienes intención de ver este episodio más adelante, no te preocupes, no voy a destriparlo. No creo que merezca la advertencia de ¡ATENCIÓN, SPOILER! Sólo voy a explicar la relación del episodio con el aikido. Si aún así tienes dudas y prefieres asegurarte, deja de leer.

Repito: tenía mucho interés por saber cómo iban a desarrollarse las cosas, pero me llevé una buena sorpresa, seguramente como toda la gente que estaba delante del televisor.
La trama del episodio no tenía nada que ver con lo que habíamos estado viendo, pero explicaba la historia de la evolución de un personaje que reapareció al final de la 5ª temporada: Morgan. Porque, ¿cómo es posible que este hombre sea el mismo que vimos en el capítulo 12 de la tercera temporada? Bueno, este nuevo episodio explica la razón de su drástico cambio: Morgan estaba desquiciado desde la muerte de su esposa y su hijo, convertidos en zombies. De hecho, presenció cómo su esposa mordía al hijo de ambos.
Eso lo volvió loco. Desde entonces, se dedicó a matar tanto a zombies como a humanos, para limpiar el mundo.

En este nuevo capítulo se encuentra con un hombre que lo salva de ese camino de destrucción. Evidentemente, no contaré cómo se encuentran ambos personajes y qué ocurre exactamente a partir de ese momento. Quiero ir al grano. ¿Qué pinta el aikido en esta historia? Ese hombre, Eastman, que en la vida anterior al rollo zombie era psiquiatra forense, le da un libro, El arte de la Paz de Morihei Ueshiba, un libro con textos de O Sensei traducidos por John Stevens. No está de más que lo leáis.

El libro El arte de la paz, de Morihei Ueshiba, en formato mini.

Eastman reconoce que el aikido salvó su vida y pretende que Morgan sea su discípulo. Evidentemente, los actores no habían practicado mucho antes de la filmación. Ese aspecto técnico deja bastante que desear si lo que esperais es ver una ejecución más o menos correcta de algunas técnicas de aikido. Sin embargo, la mención de la palabra aikido y las referencias a su filosofía no violenta son constantes. Eastman no enseña a Morgan técnicas de aikido propiamente dichas. Le transmite el mensaje correcto sobre la filosofía del aikido y también le enseña a manejar el jo. Pero los movimientos que usan (de hecho, hacen un kata que combina unos pocos movimientos) no tienen nada que ver con aikijo.

El propio kamae que mantienen en este fotograma no es correcto,
pero no es eso lo que importa. No pretendo criticar esa parte del episodio,
ni mucho menos.

Si veis el episodio, no seáis muy estrictos en este ni en ningún otro aspecto, y pensad que es prácticamente un privilegio que esta serie con millones de espectadores en todo el mundo haya mostrado esta faceta del aikido en lugar de limitarse a coreografiar un par de escenas de lucha de vete a saber qué.

Seguid practicando aikido, y si no practicáis todavía, nunca es tarde para empezar.

Y hoy hay un nuevo episodio. A ver si nos desvelan algo y nos resuelven ese montón de pequeñas tramas que quedaron abiertas.

jueves, 22 de octubre de 2015

Otro nuevo principio

Ha sido un final de verano movido. Complicado. El germen de esta historia está atrás en el tiempo, en una reunión que mantuve con la gerente del polideportivo y el técnico de deportes de Zarautz, para explicarles nuestra situación y ver qué posibilidades teníamos de poder dar las clases en el polideportivo. Después, a últimos de julio, el día 28, me convocaron a una reunión con otros clubs de artes marciales. Entonces, me emocioné. No iban a llamarme para decirme delante de todos los demás que no había nada para nosotros. Y, efectivamente, había algo para nosotros en el polideportivo. Íbamos a poder dejar Euromar, un lugar que no reúne las condiciones necesarias para la práctica de aikido. Quienes lo conozcan sabrán a qué me refiero. Es un lugar estupendo para yoga y pilates, pero no para nosotros.
Aquella misma semana acabábamos el curso y empezaban las vacaciones. Hablé con la responsable del local de Euromar. Le expliqué la situación. Le agradecí que nos acogiera en su momento. Me dijo que podíamos volver cuando quisiéramos si lo necesitábamos. Y me despedí. Nos despedimos.
Sin embargo, nuestra alegría duró más bien poco, apenas un par de semanas. El 6 de agosto, la gerente del polideportivo me llamó compungida. Se había equivocado al asignarnos el horario de práctica. No estaba libre. No había nadie conmigo en aquel larguísimo instante para ver mi cara de tonto. Me aseguró que no se olvidaría de nosotros, que, aunque en esos momentos fuera imposible, nos tendría en cuenta. La creí entonces y la creo todavía.
Así pues, estábamos abandonados a nuestra suerte. Yo quería estudiar y agotar todas las posibilidades antes de regresar a Euromar. Y entonces recordé que el colegio en el que impartía las clases infantiles de aikido (Orokieta Herri Eskola, un colegio público) podría ser una buena alternativa. Y conseguí concertar una cita con el concejal de deportes. El 27 de agosto, a las 11:00. Él se haría cargo. Estudiaría el asunto, hablaría con quien debiera hablar y me llamaría. No me llamó. No sé si no le di tiempo, porque le llamaba yo para interesarme sobre cómo iban las cosas. Al final, después de tres semanas, me comunicó que había puesto el tema en manos del técnico de deportes, que, entre otras cosas, gestiona la relación con los centros educativos.
Todo fue más rápido a partir de entonces. El técnico de deportes consiguió el espacio en el colegio. Había una pega: el ayuntamiento tendría que negociar con las limpiadoras para que alargaran o cambiaran su horario, a fin de que pudiéramos ducharnos antes de limpiar duchas y vestuarios. Se negaron. No las culpo. El cambio no era pequeño y saldrían bastante más tarde los días de nuestra práctica.
Salvado ese obstáculo, estaba todo arreglado: nos ducharíamos en casa, como habíamos estado haciendo durante el año y medio en Euromar. Ya he dicho que no reunía las condiciones para una práctica como la nuestra. Pero entonces, saltó una chispa en mi cabeza. Fue una de esas extrañas conexiones neuronales que tenemos de vez en cuando. En general, la relación con la mayor parte del personal del colegio fue un poco rara. Nos ignoraban hasta el punto de olvidarse casi cada semana del curso que íbamos a ir. No pocas veces hubo que aporrear la puerta para que nos abrieran. Era como si no existiéramos. Y esa chispa me obligó a pedirle al técnico de deportes que preguntara en el colegio si había algún problema con que lleváramos las planchas de tatami.
Bendita intuición. La respuesta no tardó en llegar: no podíamos tener allí las planchas. Pero, por otra parte, no había más problema. Entre desesperado, furioso y defraudado, decidí que quienes habían tomado esa decisión se fueran a tomar por saco. Le agradecí al técnico sus idas y venidas, y lamenté que el esfuerzo no hubiera dado un fruto un poco menos amargo.
¿Estábamos acabados? No. Quedaba una última oportunidad: el gimnasio Fitness Sport, de detrás del Eroski, en Zarautz. Fui allí, hablé con Jose, uno de los propietarios, y en cinco minutos estaba todo arreglado: horarios, tema económico… Hemos empezado en octubre. Estamos encantados. El tatami es de puzzle y bastante llamativo, pero nos hemos adaptado bastante bien. Para muestra, estas fotos de la primera toma de contacto. No estamos todos, pero fuimos los primeros.









martes, 27 de enero de 2015

Una WAKE de lo más mediática

En radio y televisión

En estas dos últimas semanas, WAKE ha sido de lo más mediática. El jueves de la semana pasada, 22 de enero, el director técnico de la asociación, Jon Oyanguren, participó en el programa de Euskadi Irratia Hiri Gorrian. Y el lunes siguiente, el 26 de enero, los miembros de WAKE Iñigo Garate, Jairo Esteban y Ander Aguado acompañaron a Jon a Arrasate (Mondragón), para participar en la grabación de un reportaje sobre aikido junto a los aikidokas de Arrasate, en un entrenamiento bajo la dirección de su profesor, José Manuel Matas. El reportaje será emitido en el programa Euskal Herria Zuzenean, que presenta Xabier Euzkitze.

Todo esto se debe al viaje a Japón que hizo José Manuel Matas con dos de sus alumnos. A la vuelta, le hicieron una entrevista para la sección comarcal de El Diario Vasco, y eso creó el interés tanto de la radio como de la televisión. Como José no sabe euskera, le pidió a Jon Oyanguren que se encargara de las entrevistas, en nombre de todos los aikidokas de Euskadi.

En la radio, Jon Oyanguren participó junto al judoka Julen Idarreta en algo que fue mitad entrevista y mitad tertulia. Los dos se divirtieron bastante. El objetivo de la sección era hablar de un arte marcial muy conocido (el judo) y de otro no tan conocido (el aikido), y como nos confesaron al terminar, "enfrentarnos" creando un poco de polémica de buen rollo. Sin embargo, se dieron cuenta enseguida de que no iba a ser posible y desistieron. No sé si eso influyó mucho o poco en los planes de los locutores, pero tanto Julen Idarreta como Jon Oyanguren lo pasaron bien y, a pesar de los nervios, se les hizo corto el tiempo que estuvieron frente a los micros. A pesar de todo, esperamos que los oyentes se hicieran una idea, por pequeña que fuera, de qué es el aikido.

Foto publicada en Instagram por Jon Oyanguren a su llegada a las instalaciones de EITB en Miramón.

El siguiente hito en la carrera de WAKE en los medios es el lunes 26 de enero. Ese día, una delegación de WAKE fue a Arrasate, a tomar parte en un entrenamiento en el que se grabaría un reportaje para el programa Euskal Herria Zuzenean de ETB1. El reportero, Joseba Olagarai, hizo las entrevistas en keikogi, e incluso hizo un poco de aikido con Iñigo Garate, aprovechando que Iñigo y Xabier Euzkitze se conocen desde la infancia. La clase fue muy instructiva y amena, con un gran sentido de control y aplicación de las técnicas. Ni que decir tiene que tanto Joseba Olagarai como el cámara salieron alucinando del tatami del polideportivo de Arrasate.

Frente a la cámara hablaron todos los miembros de WAKE, excepto Jairo, que no tuvo oportunidad, y un par de alumnos de José Manuel. Todas las imágenes y entrevistas se resumirán en un reportaje de unos tres minutos, pero, sin duda, será tremendamente espectacular, un gran momento para el aikido vasco.

No sabemos todavía cuándo lo emitirán, pero en el mismo momento en que nos avisen, lo daremos a conocer.